La historia de Inca se remonta al año 123 antes de Cristo con la venida a Mallorca de Quinto Cecilio Metelo. Inca, durante la dominación islámica, es uno de los doce mercados en los que la isla está dividida. Inkan era su nombre. En el libro de la Crónica del rey Conquistador, o “Llibre dels feits”, podemos leer como la población es citada como “la más grande de las alquerías de Mallorca”.
Su ubicación, entre las bahías de Palma y Alcúdia, hace de Inca un lugar de reunión y lugar de vivienda para gente venida de fuera. Al 1391 se inició en Inca una gran “revuelta foránea” que se hizo muy presente en 1450 teniendo en cuenta las consecuencias de la pérdida de dinero, honores y de la falta de la estabilidad adecuada. Aun Inca crece, nacen gremios y, poco a poco, el aumento en todos los aspectos será notorio.
Después de la “peste de bubó” de 1652 Inca pasa de tener unos cinco mil habitantes a dos mil y unos pocos menos, y le costará unos siglos volver a remontar. En el siglo XVIII los gremios vuelven a coger la fuerza de antaño y se renuevan los templos de Santa María la Mayor, de Santo Domingo, de San Francisco y el de San Bartolomé de las monjas jerónimas, en Inca conocidas como “ses monges tancades”. Así lo demuestran los escudos (herreros, zapateros, tejedores, carpinteros, vasares, paraires, etc.) situados arriba del retablo de San Pedro en la parroquia de Santa María la Mayor.
En 1833, Inca ya tiene un juzgado de primera instancia y un Registro de la Propiedad, que conjugado con la llegada el ferrocarril y la subida de la industria zapatera le da un fuerte impulso. En 1900 la reina regente concede el título de Ciudad en el pueblo de Inca por su crecimiento industrial, comercial y agrícola.
Inca, a principios del s. XX, fue una ciudad abierta y receptiva a los cambios sociales, y líder de novedades. Durante el primer tercio del siglo, cabe destacar el fuerte movimiento asociativo que se extendía en los ámbitos políticos, sociales, culturales y deportivos.
Actualmente, Inca tiene unos 33.000 habitantes. Es la ciudad más industrial de la Part Forana y como capital de la Mancomunidad del Raiguer concentra las actividades administrativas, de servicios y comerciales.
Estar en el corazón de Mallorca nos permite estar perfectamente conectado con toda la isla, y por eso puedes venir aprovechando tanto el tren, autobús o en coche.